Confesión de embriaguez
Me duele terriblemente la indeterminación con que sigo sonriendo, y trato de escuchar en vano el sonido del impacto que produce la luz al estrellarse al suelo. Discuto acaloradamente contra el mareo que se derrama sobre mi cabeza; me han anclado al cemento, no resisto mas mis parpados, sobre ellos yacen toneladas de plomo, y pesan tanto, y arden tanto, mi cuerpo es verdaderamente un trapo, mi equilibrio se siente tan ofendido como un cigarro que dejan a medio fumar. La mayoría de tus palabras se cristalizan antes de impactarse contra mis oídos dolientes y hastiados de funcionar, otras llegan desde una lejanía oscura como asfalto, flácidas tan moribundas que producen lastima, otras castigan hasta sangrar.Estoy perdiendo el control, me aferro a él, pero la gravedad me reclama; mientras que el fondo de mi escucho a alguien que dice: “Así tan aturdido bombeo la sangre con dificultad, escúchame latir, estoy perdiendo el control; a veces consumo fiebre , el frio me almacena en su estomago blanco, el sueño a enviado sus buitres a la espera de mi voluntad agonizante, esta pálida y sus ojos languidecen, fríos como metal, ahora su cadáver yace en el pasto contorsionado de una forma grotesca; como un desecho del verdugo dispuesto a entregarse a la descomposición. He perdido el orden de las cosas; la situación se escurre entre mis dedos como peces infectos de pánico, peces asustados, estúpidos. Mientras escucho semejantes cosas; en mi cráneo hay elevaciones de unas materias volátiles, giros, cataratas inmensas de humo exquisito que exhalo con intensidad filtrándose así en cada neurona, en cada átomo de lo que soy; desde esta perspectiva (esta palabra me recuerda no sé porque razón a Ortega Gasset), lo veo todo con absoluta claridad, me veo en una bajada gigantesca y no tengo frenos, la velocidad me lanza con violencia (como si fuera un peso inerte), en una especie de basurero astral.
Vuelvo mi atención a la voz torturada y delirante del interior ya le escucho decir:
-Señor Valdemar… ¿puede explicarnos lo que siente y lo que desea?
-Despiérteme, le digo que estoy muerto.
Esas palabras tienen polvo estaban sepultadas en mi inconsciente, ya que alguna vez me propuse recordarlas son hermosas.
Volviendo a nuestra oxidación mental, el problema es que no puedo recordar; el problema es en que no puedo recordar, el problema reside en que no puedo contener, me derramo estoy hecho liquido volátil, la razón se aleja soltado mi mano, alguien jalo el gatillo, en la compresión explosiva actúa en reversa, luego regresa y nos desmorona como estatuas de sal volteando hacia atrás, todo está girando en un desorden magnifico y apetecible, todo gira en un desorden estúpido. No creo poder distinguir lo objetos en este estado, no puedo caminar mi sombra negra de perversidad hace que resbale y me inyecta vértigos desplazándose por mi sangre confusa. Conducirme es demasiado difícil, y aun en la paranoia es necesario tener un poco de cordura, aunque Klee es imbécil, no distinguís nada en él, y Pollok es demasiado minimalista. Baskiat conjugando la luz, establece un verbo visual, conjugable tan solo por la vista y limitado completamente a ella.
Espera hay demasiada confusión, hay demasiado desorden, pero está bien, y me siento verdaderamente idiota. ¿Sera tolerable que no importe? Si definitivamente lo peor y más horrible es actuar con cabeza fría, además es tarde no podre trabajar (la responsabilidad se ha vuelto mecánica estoy vuelto un engranaje, nunca quise serlo que irónico), no estoy en condiciones de nada, las horas pasan tan desconocidas sobre las huellas de mis manos se extiende como una cadena de hormigas rojas.
Respiro y empiezo a recordar donde estoy, y puedo decir con seguridad que no me importa, no lo hace créelo, todo viene y va, como siempre. Hoy menos que nunca puedo seguirlo, hoy más que nunca todo el movimiento humano me es indiferente, ya conoces mi indiferencia por todo cuanto existe.
Así que no me reproches nada en absoluto(creo que el señor Valdemar a despertado, ya no lo escucho) la rectitud de mi razón baila como una llama, el sueño esta escavando un poso cóncavo en cada ondulación de mi cerebro... maldita sea, y pensar que debo pasar a casa a cambiarme, a tratar de aparentar mentiras inaparentables, ante mi, antes los demas; "ser mejor", que pedante frase, mi cabeza pesa demasiado su pesa me succiona en un abismo que se atrae asi mismo.